Ramón Gómez de la Serna y Salvador Bartolozzi (8)


Portada de El Circo, por Bartolozzi

LA INTERPRETACIÓN DEL RAMONISMO: "LA MUÑECA RUSA". EL RASTRO. SENOS. EL CIRCO


"La muñeca rusa", remite a las formas más características del Ramonismo: la búsqueda del alma de los objetos y la infinita percepción de sus matices a través de una escritura preñada de greguerías. Disecciona en este breve texto el espíritu recóndito de las muñecas rusas y su carácter ingenuo -de "madres castas" protectoras de la familia de jovialidad numerosa-, las posibilidades para el juego infantil y el drama cuando una de sus piezas se rompe y causa el pánico del niño culpable.


La doble página de La Ilustración Española y Americana que incluye el texto, con ilustraciones a color de Bartolozzi, constituye un modelo de presentación lujosa y sugestiva: el dibujante aprovecha las posibilidades decorativas del objeto y sus múltiples combinaciones al hilo de las variaciones del escritor; muestra también su particular predilección por el universos de los muñecos y juguetes, captando su absoluta ingenuidad y dotándoles de esa alma entrevista por Ramón. De nuevo se observa la compenetración perfecta de texto e imagen en una página de singular atractivo en su simplicidad.50


EL RASTRO. SENOS. EL CIRCO


Bartolozzi realizó con desigual acierto la confección de las portadas de tres libros señalados por la crítica como fundamentales en la trayectoria de Ramón Gómez de la Serna, aquellos en los que encontró de forma definitiva el camino para su escritura más característica: El Rastro (1915), Senos y El Circo (1917).51



Considerado por el propio autor el inicio de una nueva etapa en su escritura y de su salida a la publicidad tras el hermetismo del periodo anterior, El Rastro supone también el primer ejemplo de libro inclasificable y caprichoso en el que Ramón da rienda suelta a su peculiar "ternura por las cosas"; ingrediente ya visible en textos anteriores, pero sin la rotundidad de este inventario caótico donde los objetos y su alma desplazan a los personajes humanos.


La infinita diversidad del Rastro madrileño, interpretado por el escritor en su arbitraria acumulación de textos, queda resumida en una portada un tanto simple, en la cual Bartolozzi representa literalmente la afirmación programática del autor: "sumerjámonos en las cosas"; así, el dibujante incluye entre el tenderete anárquico de zapatos viejos, calaveras, candelabros, jarrones, violines de cuerdas rotas, relojes, etc., la figura de Ramón fumando su pipa, con aspecto descuidado y sentado sobre sus posaderas, como un objeto más expuesto al comprador. Sobre un fondo ocre, envuelve las figuras en una trama de líneas sinuosas que engloban el conjunto de los objetos, destacando tan sólo con un toque de color más claro la figura humana del autor y la semihumana de un maniquí femenino, una burda cabeza de infantil apariencia sobre un soporte desnudo. Una portada, en suma, sencilla de concepto y divertida, aunque sin mayores pretensiones.



Frente a la simplicidad humorística del dibujo anterior, Bartolozzi realizó para Senos una portada exquisita, recurriendo nuevamente a la interpretatación de la pintura de Gustav Klimt; identifica, en cierta forma, la escritura obsesiva de Ramón con el mundo alegórico y sensual de un pintor también fascinado por el erotismo y exaltador de la sensualidad y la sexualidad femenina, que suscribiría la maldición hacia las madres "de los que abominan hipócritamente del desnudo", incluida por el autor en el "Antecesorio".52 Con un sentido preciosista en su composición, Bartolozzi envuelve tres desnudos femeninos de aire mitológico en un espacio de volúmenes ondulantes, con los mosaicos geométricos y las formas decorativas típicas del artista austriaco. Una composición atractiva y de belleza innegable, pero quizádiscutible como presentación y resumen de las inagotables variaciones del texto de Ramón: si la evocación simbolista tiene cabida en el amplísimo muestrario de senos, no parece suficiente como interpretación global de la sugestiva multiplicidad del texto.


Mucho más moderna y acorde con el carácter del libro resulta la portada de El Circo: coinciden escritor y artista en la exaltación de lo que de ingenuo y primitivo posee el espectáculo circense, que ejercía común atracción sobre ambos.53



En esta misma época, Bartolozzi frecuentaba el asunto en sus dibujos más personales y también en ilustraciones de bella factura, con un tratamiento similar a algunas obras del "periodo rosa" de Picasso, con una mezcla de exaltación y melancolía;54 no obstante, en la colorista portada del libro de Ramón se decanta por un acentuado primitivismo -un estilo ajeno al de su obra gráfica más habitual en este periodo-, con una técnica casi de collage a base volúmenes de recortes irregulares, que dan un aire infantil y expresivo a las cuatro figuras: el malabarista japonés de los cuchillos, el clown, el acróbata de gesto arrogante y una de aquellas mujeres de circo "sosonas, como niñas de la casa vestidas de gimnastas".

El dibujo participa de la expresividad pueril de los muñecos de trapo que también en esta época Bartolozzi dedica al mundo del circo, quizá la mejor expresión de la nueva convergencia entre la escritura de Ramón y su mundo creativo; así, los muñecos Payaso o Toby -expuestos en los Salones de Humoristas de 1917 y 1918- constituyen perfectas ilustraciones para las variaciones del "Cronista del Circo" sobre la figura del clown:


[...] es el Pierrot que se ha salvado a su melancolía superior de un modo elevado y sabio, que se ha vengado de su destino. [...] su cabeza tiene algo de autómata y sus ojos son de brillante cristal, abriéndose y cerrándose como los de esos finos y caros muñecos de bazar que tienen cuerda.55


Precisamente, Rafael Cansinos Assens en su temprano comentario sobre El Circo y Senos, cuando sugiere la íntima relación de la greguería de Ramón con la nueva caricatura y el arte gráfico moderno, apunta también sus lazos de identidad con los muñecos de Bartolozzi:


Historietas son también esos dos libros –El circo y Senos- en que un tema inicial se

desarrolla en todas sus posibilidades, con tal plenitud de ejecución y de rasgos plásticos, que a veces se llaman de volumen y hacen pensar, más bien que en las páginas de un álbum, en esos muñecos modernos, que Bartolozzi arma tan diestramente, y que hemos visto presidiendo la mesa en las veladas pontificales de Pombo. A esas caricaturas de clowns, acróbatas, gimnastas, podríamos no sólo interpretarlas gráficamente, sino aun armarlas como muñecos, rellenarlas por dentro, ponerles ojos de cabezas de alfiler. Y esos senos que Ramón dibuja, tan llenos de volumen, tan vegetativos, tan plásticos, tan maleables, ¡qué admirables balones, qué deliciosos globos de feria para lanzarlos al aire, para verlos elevarse en el extremo de un hilo hasta quedar parados en los techos! He aquí como el arte literario de Gómez de la Serna recorre toda la órbita del arte gráfico moderno, desde la silueta hasta la historieta, deteniéndose un instante en el lienzo decorativo a lo Anglada y lo Beltrán [...] y hasta sugerir la idea de los modernos muñecos de trapo y aun de las figuras recortadas en el papel...56


Fuente. Boletín Ramón


Notas

50 "La muñeca rusa", La Ilustración Española y Americana, 48 (30-XII-1915), pp. 990-991. Bartolozzi tomó como modelo el propio juego de muñecas que poseía el escritor en su torreón y cuya fotografía puede verse en La Sagrada Cripta de Pombo, Madrid, Trieste, 1986, p. 615.

51 Las portadas corresponden a las primeras ediciones: El rastro, Valencia, Sociedad Editorial Prometeo, 1915; Senos, Madrid, Imprenta Latina, 1917; El circo, Madrid, Imprenta Latina, 1917. En posteriores ediciones serán sustituidas por portadas de Apa para Senos (1923) y portada de Bon e ilustraciones de Apa para El circo (Valencia, Sempere, 1924).

52 Senos, AHR, Barcelona, 1968, pp. 38. Además de los elementos decorativos típicos de Klimt, pueden encontrarse analogías con algunas figuras y volúmenes de pinturas como la Jurisprudencia (1907) incluida en la serie de Cuadros de las Facultades realizados para la Universidad de Ringstrasse. Véase, Gottfried Fliedl, Gustav Klimt. 1862-1918. El mundo con forma de mujer, Colonia, Benedikt Taschen, 1991.

53 Ramón dedicó al dibujante la segunda edición corregida y aumentada de El Circo: "A Salvador Bartolozzi, con sencillez" (Valencia, Sempere, 1924, p. 5).

54 Pueden verse la reproducción del dibujo "Los Saltimbanquis" en el libro de Margarita Nelken: Glosario. Obras y Artistas, Madrid, Fernando Fé, 1917, p. 146, y el titulado "Los Saltabancos", expuesto en el Salón de 1920, en La Esfera, 323, 13-III-1920; ambos remiten al modelo de Picasso y a su Familia de saltimbanquis (1905). Con el mismo asunto, véanse las ilustraciones de algunos textos ya citados: Magda Donato, "Cosas del circo", Nuevo Mundo, 1319 (18-IV-1919) y Ramón del Valle-Inclán, "El circo de lona", La Esfera, 247 (21-IX-1918).

55 Ramón Gómez de la Serna, El circo, Barcelona, Plaza y Janés, 1987, pp. 37-41. Las fotografías de los muñecos pueden verse en: Silvio Lago, "Bellas artes. Los humoristas", La Esfera (27-I-1917) y Silvio Lago, "Una exposición interesante. Los humoristas", La Esfera, 220 (16-II-1918).

56 Rafael Cansinos Assens, Poetas y prosistas del novecientos (España y América), Madrid, Editorial América, 1919, p. 263.

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